domingo, 11 de enero de 2009

Tristesse

Y quizá no sepas lo que es estar acá, tan lejos de todo. Tan lejos de ti y de mi mismo, siento que me he dejado una parte de mi atrás.
Los días aquí pasan largos, y las noches caen pesadas. La vida se consume en un triunfo de malabarismos y risas cansadas. En un oscuro brindis, todos nos tapamos la nariz y estornudamos para brindar.
Y no tenés idea de como es este lugar, las cosas son tan diferentes. Todos están tan ocupados, y yo me siento tan solo, mi vida, tan solo. Tan solo y tan perdido. No encuentro el camino de regreso y he olvidado quizá el reflejo casi mágico que tus ojos proyectan en mi corazón.
Y es todo tan difícil, y todo tan duro. Uno se levanta a la mañana para caer de la cama entre un montón de teclas de piano desparramadas por el suelo, y llega la noche y las teclas siguen ahí, y se ríen, y se ríen, y se ríen, y se ríen. Y uno ríe también porque un poco no sabe que hacer, y un poco se olvidó de como llorar.
Y es así, y a veces pienso que llorar en mucho mas positivo que reír, ya que esta risa no es risa. No, esta risa no es risa, es solo una lisonja gastada y vieja. Y un llanto puede llegar a ser lo mas seductoramente sincero que uno puede expresar, pero por supuesto yo ya no puedo.
De vez en cuando, con mucho esfuerzo, logro llorar, pero ya no es lo mismo. Cada lágrima que cae me recuerda a ti y es un consuelo, porque ver reflejado tu rostro en ellas es un poco un alivio y un poco una alegría. Cada lágrima que cae vale oro, y son pocas. Son pocas, y cuando uno se queda sin lágrimas se siente tan seco y tan vacío que lo único que quiere es seguir llorando, ¿entendés?.
A veces voy a caminar al centro o al parque, o salgo en bicicleta, pero ya no es lo mismo, ya nada es lo mismo. A veces siento que por más que pedaleo y pedaleo no me muevo de donde estoy.
No me muevo de donde estoy y no puedo llegar a tus brazos. No puedo llegar a tus brazos y el mundo es una lejanía de promesas vacías y abismos sin recuerdo, y un poco yo también me siento así, ¿sabés?, un poco yo también me voy convirtiendo poco a poco en un naipe gris y gastado. Un poco yo también voy creciendo y gastándome, y a veces pienso que la única forma de volver a aquello que ya pasó es morir y renacer. El sutil arte de morir, reservado para solo unos pocos.
Aquí es más difícil, aquí se extraña mas. Porque realmente te extraño, estatua de marfil, bruja de chocolate, crema de café. Un poco extraño y un poco muero, y a veces es todo al mismo tiempo, y está todo tan revuelto que ya nada se entiende.
Y no puedo esperar a verte y contarte todo lo que te extrañé, y un poco me da miedo que ya nunca nos veamos, o que de la forma más sutil ya no pueda regresar. Un poco es así.

1 comentario: