Respira hondo.
Una...
Dos...
Tres veces.
Nada cambia, vuelve a respirar y los labios comienzan a temblar desconsoladamente. Mordiendolos nota como las lágrimas bajan por sus mejillas.
Intenta llegar hasta su cama, pensando en que jamás lo logrará. Finalmente se hecha sobre un huracan de mantas y promesas vacías. Cae sobre el colchón de cualquier manera y su cara se contrae mientras un torrente de amargura emerge, sumiendo el mundo en un aroma salado.
Busca posibles soluciones.
Hacer algo de té.
Escribir un poco.
Dibujar.
Llorar un poco mas, esperando sentirse mejor.
Nada parece lo suficientemente bueno como para atenuar la amargura que se revuelve en su interior.
El pequeño reloj digital de la mesa emite un pitido. Doce de la noche. Teoricamente un nuevo día comienza.
Estira la mano y atrae el reloj a su cara. Entre las lágrimas que empañan sus ojos puede ver que, irónicamente, marca "12/10/08"
- Feliz cumpleaños- se susurra a si mismo.
Deposita el reloj nuevamente sobre la mesita de luz abarrotada de libros y deja caer su brazo. Las lágrimas ya no salen. Todo es tan triste que las lágrimas ya no salen.
Subitamente las cosas dejan de ser tristes para convertirse en algo mas. Algo que no sabe distinguir.
Se sienta en su escritorio, toma una lapicera de tinta negra, gastada. Una hoja en blanco.
"Feliz cumpleaños, Martín… bienvenido al primer día de tu muerte.
Soy la desesperación de Martín, soy el miedo latente que espera por emerger en un grito.
Soy el corazón de Martín, me detengo y mato a Martín. Literalmente, la vida biológica de Martín está en mis manos.
Soy el cáncer de colon de Jack…
Soy el suspiro torcido de quien no sabe como llorar.
Empiezas tu cumpleaños de la forma más rara posible.
La piedra increíblemente inestable se sostiene sobre una base pequeña, y por eso es increíblemente inestable, y es como muchas cosas….
…cuando menos lo esperas sea cae.
No te das cuenta, casi no lo ves, cae aplastando tu carpa, y suerte si no estabas dentro, que te vaya bien, ya no tenés carpa.
Soy el labio inferior de Martín… Martín me muerde porque se siente mal.
Me voy y vuelvo, nadie se da cuenta, los rollos cambian y la película sigue, nadie lo nota. Poné algo en ese instante muerto y nadie lo va a ver.
Poneme a mí en ese instante muerto y nadie me va a ver.
Poné una lágrima en ese instante muerto y nadie la va a ver.
Querés volver, pero no podés… y eso no te importa, te sientes mal.
Quiere que jueges básicamente, pero tu no puedes, hay algo que no está enlistado en la enciclopedia… hay algo que no existe… recorre el mundo y pregunta a los niños qué quieren ser de grandes. Hay algo que recorre el mundo y nadie sabe que es. Nadie lo ha visto.
Y si nadie lo ha visto, nadie lo amará.
Y si nadie lo ha visto, nadie lo recordará.
Salvo un grupo de niños que notan que Algo está semioculto tras tres árboles que crecen haciendo un cerrado triangulo. Un grupo de niños que ve a Algo llorando, y lo invitan a jugar a la pelota.
“Algo flyes away, dreams the world, far away… in this cruel children’s game, there’s no friend to call your name”.
Soy el sentimiento de Algo, que se manifiesta en una pregunta:
¿Porqué?"
Deja caer la lapicera. Intenta a recordar los sucesos de aquella noche.
El viento se levanta, agita las cortinas, la caja vacía del violin cae y se abre... y susurra toda la verdad.
Las imágenes danzan en torno suyo.
No puede recordar nada de lo que sucedió aquella noche.
Una melodía de piano entrevuela por sobre las emociones perdidas, destinadas a aquellos que se han librado de una noche mas de insomnio, abrazados bajo las mantas.
Las notas se superponen unas a otras, no dejan espacio al silencio, nada es tranquilidad, nada es posible sin un breve instante de silencio. Nada.
- Vos imaginate que la persona que mas amás muere en tus brazos- le susurra a la luna, lunita sonriente mas allá de su ventana.
- Vos imaginate que la ves morir y no podés hacer nada al respecto-
"A veces me gustaría que te imaginaras un mundo en que el amor puede formar puentes un poquito mas largos. Es un puente por la mitad. Un puente que no lleva a ningún lugar. Un puente sin acabar. Un puente que se detiene a la mitad del vacío. Un puente que no lleva a ningún lado" escribe.
Subitamente su mano tiembla incontrolablemente y lanzando un feroz grito de angustia tacha todo lo escrito, y asi sigue hasta destrozar la hoja y manchar el escritorio de tinta.
Se deja resbalar poco a poco de la silla hasta que cae el suelo. Ahí se queda, abrazandose las piernas. Soñando con aquellos abrazos de caramelo que sobrevivían a toda angustia. Recordando aquellas noches en vela en que, susurrando, le confesaba que sus ojos eran capaces de borrar todos los problemas de este mundo.
Suelta un hondo suspiro. Se levanta. Quizá le venga bien un poco de té.
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http://www.youtube.com/watch?v=22hEbOyWr3U
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